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El novio de esta morena se ha ido al bar del hotel y le ha dejado en la habitación con todo el calentón. Pero no pasa nada, para eso está el botones del hotel, que por una propina está dispuesto a hacerle todo lo que quiera. Y como ella quiere que se la metan por detrás, pues solo tiene que ponerse a cuatro patas y disfrutar.
Al negro le gustan los besos negros, y no, no es un juego de palabras. Sino mirad como le come el culo a la rubia en las escaleras de su casa. Le separa bien los cachetes y le mete la lengua hasta el fondo. Luego prepara su cipote y se lo clava sin compasión hasta que ella gime de dolor.
Si es que a quién se le ocurre quedar para follar con una polla de 22 centímetros teniendo el coño tan estrecho. Normal que luego te duela, pero ahora no le queda más remedio que aguantar y esperar a que su nuevo amigo se corra encima de ella.
Su marido no puede llegar al fondo de su coño con su polla, y por eso esta madurita se ha buscado un amigo capaz de satisfacer sus necesidades. Aquí podemos verla poniéndose a cuatro patas para que la penetren hasta el fondo de su coño sin parar.
Lleva tanto tiempo dándole la chapa a su novio con que quiere probar una polla negra que para su cumpleaños le ha dado una buena sorpresa. Le ha llevado a un negraco con la polla enorme para que les haga una buena mamada a los dos.
Cuando ha visto el tamaño de las pollas de estos dos negracos, esta madurita no ha podido resistir las ganas de llevárselos a su casa para comérselos y dejarlos limpios y relucientes. Como agradecimiento, luego ellos la ponen de vuelta y media y se la follan bien follada.
Menuda golfa está hecha esta madurita, en cuanto su marido se marcha a trabajar, ella llama a algún vecino para que se la folle en el lecho conyugal. En esta ocasión ha llamado al negro con la polla más gorda de todo el vecindario. Fijaos en lo bien que se lo pasa cabalgándolo…