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Parece que la relación de esta pareja no pasa su mejor momento, por lo que han decidido acudir a una consejera matrimonial, para que les guíe y consiga hacer que surga la pasión de nuevo. Lo que pasa es que la muy golfa iba muy escotada y los ojos del chico se le iban a las tetas, así que al notarlo se le ocurrió como solución dejarle probar su coño, mientras la novia observaba atónita la escena.
Dicen que a las mujeres nos les gusta el sexo y que pueden pasar mucho tiempo sin experimentarlo… pero en el caso de esta rubia, no es así. La muy golfa siempre está cachonda y cuando eso ocurre y no tiene a un chico para follar, recurre a sus dedos para pajearse a fondo y llegar al orgasmo varias veces.
La chica ya está muy buena, pero le gusta mantenerse en forma y se ha apuntado a un gimnasio. Pronto uno de los entrenadores le da consejos, pero el tipo no puede evitar fijarse en el cuerpazo de la rubia. Ella sabe muy bien que lo tiene comiendo de su mano y un día, no duda en aprovechar la situación para follárselo en el gimnasio y sudar junto a él, en un ejercicio tan saludable como es el sexo.
A estas dos rubias les gusta los caramelitos, patinar y todo tipo de pijadas. Pero aunque son chicas consentidas y con gustos refinados, cuando existe la posibilidad de probar un rabo, no dudan en transformarse en dos zorras. Por eso, cuando conocieron a este chico en el jardín, le invitaron a su casa y juntas sacaron brillo a su rabo en un trío de lo más caliente.
Seguramente el masajista no esperaba tener una clienta tan sexy como yo y debido a eso, mientras me metía mano pude notar lo cachondo que estaba. Así que decidí darme la vuelta y aprovechar su calentón, probando su rabo en mi coño y también en mi culo, el cual acabó abierto tras una bestial enculada.
Tiene una amiga que está muy buenorra y sabe de buena tinta, que la chica quiere probar su rabo de color. así que un día, acaba en su casa y termina empalmado al verla desnuda, un buen momento para atravesar su estrecho coño con ese pedazo de rabo de mulato que tantos orgasmos le acaba provocando a esta zorra.
Desde la ventana, pudo ver como su sexy vecina se pajeaba el coño como una desesperada. Esa imagen le puso la polla muy tiesa, así que decidió colarse en su casa y ponérsela ante las narices, para que la muy golfa la chupase y recibiese en su cara una buena dosis de semen.