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Tuvo un problema con su coche y lo llevó al taller para que lo revisaran, pero andaba algo corta de dinero y no supo como pagar al mecánico. Pero el tipo si que encontró una solución, así que tras pedirle a su ayudante que se fuese, se cobró con un polvete para la chica donde le dio con ganas a su chochito depilado.

Aunque siempre dice que es una profesional, cuando esta masajista recibe a algún cliente masculino que le gusta, se le van las manos. De hecho, con el último se pasó y mucho, ya que acabó tocándole hasta la polla. Pero a él no solo no le importó, sino que para acabar con el calentón que llevaba encima, se dio la vuelta y le metió un polvazo en la mesa de masajes, para calmar su apetito de sexo.

Tras invitarle a cenar, esta gorda recibió la ayuda de su vecino para preparar la cena. Pero el ambiente entre los dos acabó subiendo de tono y, antes de que llegasen el resto de invitados, terminaron echando un buen polvo. Ella gozó de su pedazo de rabo y él, de sus carnes en movimiento mientras perforaba su coño junto a la encimera.

La chica ya está muy buena, pero le gusta mantenerse en forma y se ha apuntado a un gimnasio. Pronto uno de los entrenadores le da consejos, pero el tipo no puede evitar fijarse en el cuerpazo de la rubia. Ella sabe muy bien que lo tiene comiendo de su mano y un día, no duda en aprovechar la situación para follárselo en el gimnasio y sudar junto a él, en un ejercicio tan saludable como es el sexo.

Todos siempre dicen que les gustaría follar con dos chicas a la vez, pero no es tan fácil satisfacer a las mujeres por partida doble. Por eso, cuando este chico tuvo la ocasión de hacerlo con dos pedazo de tetonas, se tuvo que emplear bien a fondo con ellas. Las dos estaban tremenda y les encanta el sexo duro, así que las embistió con energía, acabando la faena de lo más agotado.

A estas dos rubias les gusta los caramelitos, patinar y todo tipo de pijadas. Pero aunque son chicas consentidas y con gustos refinados, cuando existe la posibilidad de probar un rabo, no dudan en transformarse en dos zorras. Por eso, cuando conocieron a este chico en el jardín, le invitaron a su casa y juntas sacaron brillo a su rabo en un trío de lo más caliente.

Antes de darse una buena ducha y dejar bien limpio su cuerpazo, Romi Rain empezó a flirtear con su follamigo, hasta convencerle de tener sexo. El tipo lo grabo todo y mientras ella le comía el rabo, él lo filmaba con su móvil, antes de dejarla cabalgarlo como una bestia en el suelo del baño.